La Munich de Spielberg
Usualmente, las películas de Steven Spielberg son comerciales, innovadoras en el sentido tecnológico, son money makers. No soy muy fan de sus películas en ese sentido, pero esta vez tengo que admitir que fui agradablemente sorprendida. Munich es una película fuerte que invita al dialogo.
Todos tenemos creencias, es necesario creer en algo, es un instinto natural del ser humano. Desde siempre el hombre ha creído en que hay algo mas allá de lo natural que lo protege o lo castiga y que aquello que no se puede explicar es designio divino, decisión de alguien mas que sabe mas que nosotros y cuyas acciones debemos acatar como verdaderas y justas. Para mí, esa es la base de todos los credos religiosos, desde el catolicismo y todas sus variaciones hasta el Islam y las suyas. Pero que pasa cuando dos de estos credos se enfrentan? Que pasa cuando el enfrentamiento tiene matices políticos y este se oculta bajo la bandera religiosa? Que pasa cuando se incita a matar en el nombre de dios? No es ese un conflicto religioso en si mismo? Quien decide quien tiene la razón? Esta bien luchar terrorismo con terrorismo? La cuestión es que no hay punto medio. Darle la razón a uno implica quitársela al otro.
De este conflicto trata la Munich de Spielberg, de una venganza que inicio hace muchos años, de ideales que respaldan actos violentos, en nombre de dios y de la paz y sobre todo del nacimiento del terror en nosotros mismos. Un terror individual e interno.
La historia tiene serias implicaciones en estos tiempos en que “luchamos” contra el terrorismo. Después de ver la película, se queda la pregunta en el aire, si al eliminar un líder se esta dando paso a que suban mas y peores al mando, si estamos provocando el reclutamiento de mas terroristas en ves de controlar a los que ya existen, si estamos enriqueciendo este circulo vicioso al perpetrar mas ataques.
No tengo respuestas, solo mas preguntas, pero a la conclusión a la que llegue es que el terror tiene memoria.